"Y te llevará adonde no quieras" (Jn 21,18) |
Leer: Jn 21,18-19
18 En verdad, en verdad te
digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando
seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no
quieras».
19
Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto,
añadió: «Sígueme».
Reflexión
Llegamos al final del
novenario. Sólo un ratito más, vamos, no desesperes.
Llegamos también al final de
nuestras meditaciones con el final de la vida de Pedro, el primero de los
Apóstoles de nuestro Señor Jesucristo.
Para no hacerte el cuento
demasiado largo, casi treinta años después de la pasión, muerte y resurrección
de Cristo, Pedro estaba en Roma… la capital de un gran imperio.
Pedro era su Obispo.
Y un emperador medio loco,
llamado Nerón, se le ocurrió quemar la ciudad porque no le gustaba… y el pueblo
se enojó, obviamente. Y a Nerón se le hizo fácil culpar a los cristianos de
Roma… y junto con ellos a Pedro, su líder.
Cuenta la leyenda, que cuando
Pedro se enteró, los principales cristianos de Roma lo convencieron de que
huyera. Y Pedro empezó a huir… pero, apenas salió de la ciudad, vio una gran
luz que venía a él, y cayendo de rodillas preguntó: ¿Quo vadis, Domine? (que
quiere decir: ¿A dónde vas, Señor? Se dio cuenta entonces que era Cristo
resucitado quien caminaba rumbo a la ciudad de Roma. Cristo le respondió
entonces: “Puesto que abandonas la ciudad, voy a Roma para ser crucificado por
segunda vez”…
Entonces, Pedro tomó su bastón,
se volvió y regresó lo más aprisa que pudo a la ciudad.
Apenas llegó, lo arrestaron y
lo condujeron con el emperador Nerón. Éste, hipócritamente, lo condenó a morir
como su Maestro… crucificado.
Pedro, sin asustarse,
simplemente suplicó… ¡No, como el Señor, no: Que me crucifiquen, pero de
cabeza, yo no merezco morir como el Hijo de Dios!
Y así murió Pedro Pescador, el
Apóstol… crucificado de cabeza, Pedro al revés…
Desde entonces… él es San
Pedro… primer apóstol, primer Obispo… primer Papa… y patrono de nuestro pueblo
y nuestra parroquia.
Ahora sabemos por qué lo
celebramos…
San Pedro Apóstol, ¡Ruega por nosotros!
Catequesis
Petrinas, 1ª Parte: San Pedro Apóstol
Locum Invenire
Locum Meum in Caelo
Alfonso Maya Trejo,
junio de 2013
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