¿Qué es vivir con otros, para qué vivir con otros? |
Introducción
Empiezo hoy a publicar las Catequesis Petrinas utilizadas el pasado año 2014. Por alguna razón que no recuerdo, no conservo el documento final, que incluía citas bíblicas, así que, esta segunda parte carecerá de ellas; me disculpo.
El Objetivo de estas nueve catequesis que siguen fue promover la Unidad y Comunión en la Parroquia. Hablo poco de San Pedro, pero, de una u otra forma, están relacionadas con su mensaje, especialmente en sus dos cartas que conservamos en la Sagrada Escritura.
Una pequeña advertencia: estas catequesis vienen algo "fuertes". No malinterpretes, sólo piénsalas, medítalas y óralas... toma de ellas lo que te sirva... lo demás, simplemente deséchalo.
Ojalá las disfruten tanto como las pasadas, y espero también, que aporten algo a tu vida, como aportaron a la mía...
Saludos y Bendiciones... y aquí la primera.
¿Qué serías tú solito...? |
1. Comunión
Piensa un poco y contesta esta pregunta: ¿Qué es vivir con otros,
para qué vivir con otros?
Comunión, comunidad, unidad… Curiosos términos. Los usamos tanto,
y sin embargo, creo que poco conocemos su uso.
La Iglesia es asamblea, y asamblea implica comunidad.
Comunión-Comunidad. Jesús llamó a los que quiso, y los llevó paso a paso al
encuentro, a la unidad, a la comunión.
Hace un año, estuvimos meditando acerca de nuestro santo patrono,
San Pedro Apóstol, a quien Jesús mismo confió la edificación de la Iglesia, la
gran asamblea de llamados a la Vida… este año miraremos cuál ha sido el
resultado de esa misión: Hacer Iglesia.
Ante todo, que quede claro, no se trata de ser Iglesia por ser
Iglesia, no es cosa de conveniencia ni de tradición, no es cosa de “dogma” o
incluso de poder… se trata de la Felicidad: tu felicidad y la de los tuyos.
Muchas veces hemos dicho que el problema de hoy es que la gente
busca solamente el tener muchas cosas para vivir con comodidad; que busca
sentirse bien y sentir bonito, que todo sea fácil, simple y rápido; y le gusta
que todo mundo escuche su opinión, esté bien o esté mal, sea cierto o sea falso
no importa, sino simplemente decir lo que quiero decir y ser escuchado siempre…
No. En realidad esos no son el problema de hoy. El problema de hoy
son, en realidad, dos problemas. Ya no queremos a Dios en nuestras vidas,
porque nos estorba. Nos estorba para tener, para sentir bonito y para decir
todo lo que queremos decir. ¡Dios fuera!: Primer problema.
El segundo problema, que se deriva del primero, es que todo lo que
queremos es sólo para uno mismo: yo, todo para mí. Se llama egoísmo, es decir,
pensar que soy el centro del mundo y que todo el mundo debe estar por entero a
mi disposición. ¿Y los demás? ¡Al diablo con los demás!
¿Suena fuerte? Sí, y muy fuerte. Pero es la realidad: Todo sin
Dios, y todo para mí.
¿Y entonces, para qué todo esto? ¡Pues por eso! ¡Para mí! ¡Hasta
Dios!: Dios para mí, mi “misita”, mi difuntito, mi 1ª comunión, mi fiesta, mi
“virgencita”, mi “santito”, etc… Estamos cerca de la fiesta patronal, sí. Y
queremos celebrarla, sí… Pero, quiero mis “mariachis”, mi “mole”, mi “fiesta”,
mi “procesión”… ¿Y los demás? ¡Al diablo con los demás!: al diablo con mis
vecinos, ¡yo cierro la calle!; al diablo con las autoridades, ¡yo puedo hacer
lo que me venga en gana!; al diablo con el pueblo, ¡yo quiero mi terrenito, mi
drenaje, mi agua, y quiero la basura fuera de mi casa!; al diablo con la
Iglesia, ¡yo quiero mi fiestita! Ahora mismo, fácil y rápido, que llevo prisa…
¿Qué no hablábamos de comunidad? Por hoy basta: llévate estas
cosas a pensar y mañana… mañana será otro día y podremos hablar de que tú
solito no puedes hacer nada: realmente, ¿Qué serías tú solito sin tu pareja,
sin tu familia, sin tu comunidad, sin tu pueblo, sin tu Iglesia? ¿Qué serías tú
solito, sin Dios?
Catequesis
Petrinas, 2ª Parte
Comunión: Familia,
Comunidad, Iglesia
Locum Invenire
Locum Meum in Caelo
Alfonso Maya Trejo,
junio de 2014
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