"Al final del día, antes de dormir, dáles un beso a cada uno..." |
¡Uf! Este año venimos rudos, ¿cierto?
Antier miramos una realidad muy cierta: fuera Dios, al diablo con
los demás… ayer reflexionamos sobre la falta de unidad en nuestro pueblo. Hoy,
hoy nos vamos más leves… hablemos de cosas bonitas: tu familia…
Si tu familia está aquí, celebrando con nosotros, obsérvala
detenidamente. Si no está aquí, piensa en todos y cada uno de ellos.
Empecemos con tus papás… ¿los quieres, no?, al final, tú eres lo que
eres y tienes lo que tienes por ellos. Ellos te dieron la vida. Ellos te
mandaron a la escuela y hasta al catecismo. Ellos te han hablado de Dios, ellos
te han dicho que te portes bien, aunque ya seas mayorcito… ellos, tu papá y tu
mamá…
Mira ahora, o piensa, en tus hermanos y tus hermanas… has crecido
con ellos, has jugado con ellos, juntos fueron a la escuela, juntos han hecho
pachangas muy buenas y prendidas… con ellos has hecho travesuras, y con ellos
te has peleado muchas veces. Pero aquí están, contigo ahora mismo, o en tu
pensamiento. ¡Qué divertido ha sido ser hermanos! Ellos, tus hermanos y tus
hermanas.
Aquí está tu pareja, o al menos en tu pensamiento. Tu esposo o tu
esposa, tu novio o novia, tu pareja. ¿Recuerdas la primera vez que se vieron, o
que se hablaron? ¿Recuerdas tu primer beso y tu primera caricia?... él o ella…
tu pareja.
Ahora vamos con tus hijos. Esas preciosas y tiernas creaturas de
Dios. ¿Te acuerdas de cuando te enteraste que venían al mundo? ¿Recuerdas la
primera vez que les tuviste entre tus brazos? Mira todo lo que has hecho por
ellos… mira hasta dónde has llegado con ellos y por ellos… son tu vida y tu
corazón. Ellos, tus hijos.
Brevemente ahora, piensa o mira, según el caso, en tus abuelos,
tus tíos, tus primos, tus cuñados y cuñadas, tus yernos y tus nueras, tus
compadres y comadres. Todos forman parte de una misma familia: tu familia. Pon
en tu mente el mejor momento de tu vida con todos y cada uno de ellos… ellos
forman parte de tu vida. Están contigo: en las buenas y en las malas, en la
salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, en los terremotos y
las inundaciones, en los triunfos del Tri y del América… todos ellos, tu
familia.
Claro. Somos seres humanos, y así como hay muchas cosas bellas,
también las hay terribles. Así como ha habido grandes alegrías, así ha habido
grandes tristezas. Así como has celebrados nacimientos, has velado a tus
muertos. Así como has reído con ellos, también has llorado por ellos.
Con la familia hay momentos buenos y malos. Pero son tu familia,
son parte de ti y tú de ellos. Así vivió también Jesús. El Hijo de Dios también
tuvo familia. Le vieron nacer, le cambiaron los pañales, le vieron crecer y
aprender día a día tanto las primeras letras, como las primeras oraciones. Le
enseñaron a amar a Dios, su propio Padre. Y algunos de sus familiares también
le llamaron loco y un día quisieron matarlo… Pero Jesús los amó y nos enseñó
con ello a amar también nosotros a nuestra familia.
Hoy, cuando regreses a casa, no digas nada, no te pelees ni
busques bronca… simplemente cena en silencio, dale gracias a Dios por todos y
cada uno de ellos. Y al final, antes de dormir, dale un beso a cada uno y
diles: Gracias por estar aquí, por ser mi familia. Los problemas no se
acabarán, seguirán ahí mañana que te levantes, pero verás con cuanto amor
podrás enfrentarlos, teniendo siempre presente el amor que tienes por tu
familia, y que ellos también tienen y sienten por ti: aquí y ahora.
Catequesis
Petrinas, 2ª Parte
Comunión: Familia,
Comunidad, Iglesia
Locum Invenire
Locum Meum in Caelo
Alfonso Maya Trejo,
junio de 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Ánimo, un buen comentario hará que este blog crezca en calidad...